Frecuentemente las personas consultan por bloqueos económicos y es común escuchar frases como: “No consigo trabajo” o “no me entra el dinero como yo quisiera”.
Lo que pasa en nuestras circunstancias externas es solo el reflejo de la manera como nuestra mente primitiva (subconsciente) está programada. El subconsciente se encarga de hacer realidad aquellas creencias que tengamos grabadas y que, casi en su totalidad las adquiridas sin darnos cuenta durante los primeros años de vida.
Desde la terapéutica sistémica las entradas económicas están relacionadas con la figura paterna puesto que biológicamente el cerebro del niño trae grabada la asociación “proveedor = Padre” y ambos temas están vinculados en el subconsciente. Por esta razón luego de adulto puede tender inconscientemente a repetir el patrón del ingreso del dinero que haya aprendido de su padre. Por ejemplo: Si el padre pensaba que el dinero es escaso o que hay que trabajar muy duro para conseguirlo; o si el niño escuchaba frases como “el dinero no está en los árboles ni detrás de la puerta”, “conseguir dinero con el sudor de la frente”, “los ricos son gente mala”, “es mejor ser pobre pero honrado”, etc.; esas afirmaciones quedan registrados en la memoria profunda y el niño tenderá durante toda su vida a cumplir dichas sentencias.
En casos más extremos como el de un padre alcohólico o que gasta su dinero en drogas, sexo o juego el hijo puede tender también a malgastar el dinero de diversas maneras.
También puede suceder que el padre tenga muy buenos ingresos pero por motivo de separación, de muerte o de lejanía emocional hacia el niño, este puede haber percibido abandono o rechazo de parte de su padre. Como consecuencia puede desarrollar emociones de tristeza o rabia hacia la figura paterna y, por asociación inconsciente, hacia el factor “dinero”. Con lo cual cumple sin saberlo sentencias del tipo “El dinero me abandona” o “Le tengo rabia al dinero” o “No merezco tener dinero”.
En cualquiera de estos casos lo que se realiza en la terapia sistémica es, por un lado limpiar las creencias erróneas y, por el otro, trabajar la percepción adecuada y realista de los hechos que generaron el bloqueo en la infancia, logrando una reconciliación con la figura paterna y por asociación neuronal en el cerebro la reconciliación con el dinero, lo que se traduce en cambios reales y muy rápidos en la economía del consultante.