Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, cada 40 segundos muere alguien en el mundo a causa del suicidio, sumando 1 millón de muertes al año.
Adicionalmente, por cada adulto que se suicida, hay otros 20 que intentaron hacerlo.
El índice de suicidios en el mundo va en aumento, incrementándose en un 60% durante los últimos 45 años. Hoy en día es la segunda causa de muerte violenta en el mundo, por encima de los homicidios, las guerras y los desastres naturales; también es la segunda causa de muerte entre personas de 14 a 29 años.
Pero, por qué alguien puede llegar a considerar la idea de quitarse la vida?. El suicidio no es más que un intento de escapar de una situación que resulta demasiado angustiante o dolorosa para la persona y que la lleva a un estado tal, que resulta incapaz de ver otra salida o solución posible.
Un suicidio o intento de suicidio constituye siempre una tragedia familiar y los efectos sobre las personas más allegadas pueden ser devastadores.
FACTORES DE RIESGO
La presencia y combinación de uno o más de las siguientes situaciones puede incrementar la posibilidad de suicidio:
- Estados depresivos
- Historia de depresión o suicidio en la familia o intento previo de suicidio
- Ataques de ira o ansiedad
- Trastornos mentales como esquizofrenia, síndrome bipolar, obsesivo-compulsivo, estrés post-traumático, especialmente cuando no están siendo debidamente tratados
- Uso de alcohol o drogas
- Desesperanza, falta de metas u objetivos en la vida
- Etapas de crisis como por ejemplo la muerte de un ser querido, pérdida del empleo o quiebra financiera, conflicto o separación de pareja, peleas con los padres, etc.
- Diagnóstico de enfermedades graves o terminales
- Etapa de jubilación (el mayor índice de suicidio ocurre entre personas mayores de 70 años)
- Fácil acceso a herramientas de suicidio como armas, venenos, medicamentos, etc.
Otro factor de riesgo para el suicidio es haber sufrido en la temprana infancia situaciones de abandono, rechazo, traición, abusos o violencia intrafamiliar; ya que esto puede generar un gran vacío afectivo que acompaña a la persona toda la vida y puede causar depresión, tristeza, irascibilidad, ansiedad o inestabilidad emocional.
PREVENCION DEL SUICIDIO
Contrario a la creencia popular, 9 de cada 10 personas que se suicidan SI lo han advertido con antelación. Frases tales como “quisiera desaparecerme, irme y nunca más volver, dormirme y no despertarme”; “no soporto más”; “no tengo nada por qué seguir viviendo”; “voy a hacer algo que nunca van a olvidar”, etc, son muy comunes en estas situaciones. Al escucharlas debemos prestar atención y buscar ayuda profesional terapéutica de manera inmediata. Otras recomendaciones son:
Si tienes ideas suicidas es muy importante como primera medida que lo expreses a otras personas que puedan comprenderte y acompañarte. Si no encuentras apoyo o atención entre familiares o amigos o careces de ellos, acude a un sacerdote, pastor, jefe o líder en tu comunidad que te inspire confianza o llama a la policía o a una línea amiga donde te pueden escuchar y prestar asistencia telefónica.
Independientemente de que alguien te escuche y aconseje es fundamental que recibas la ayuda profesional que solo puede darte el médico psiquiatra o psicólogo. Incluso es probable que tu organismo presente un desequilibrio químico que debe atenderse. Si no tienes medios suficientes para una consulta privada puedes buscar ayuda médica en tu EPS, en asociaciones para la prevención del suicidio; centros de salud, consejerías y centros de prácticas estudiantiles de las principales universidades.
Si alguien te manifiesta su deseo de suicidarse o si ves signos de alerta en una persona, anímalo a hablar y escúchalo atentamente, sin interrumpir ni juzgar ni criticar, permitiéndole desahogar al máximo sus emociones y haciéndole sentir que le importas. Además de una escucha y orientación amorosa, es vital buscar ayuda profesional para la persona y poner en alerta a familiares o allegados de máxima confianza.
Preguntar con franqueza: Contrario a la creencia popular es mejor preguntar a la persona directamente cuando se tiene la sospecha de intento de suicidio. “Estás pensando en quitarte la vida?” es una pregunta que ayuda a la persona a enfrentar sus pensamientos y la hace sentir comprendida y escuchada a la vez que le facilita sacar sus emociones. Intenta averiguar también si tiene un plan y los medios para realizarlo, pues esto permite conocer que tan crítica y urgente es la situación.