Esta herramienta terapéutica se basa en el principio de que todo ser humano pertenece a un sistema familiar, al cual se encuentra vinculado de por vida independientemente de la cercanía física o emocional que tenga con sus parientes e independientemente de que haya convivido con ellos o no, por efecto de la transmisión genética.
La Psicogenealogía identifica la influencia que tiene sobre nosotros nuestro árbol genealógico y reconoce
la herencia mental emocional y física que nos llega a través de nuestros ancestros; es decir, trabaja con el inconsciente familiar; y permite sanar las heridas heredadas o aprendidas de nuestros antepasados. Su objetivo es la sanación de las cargas internas del árbol que llevamos y que pueden estar limitando nuestro propio crecimiento.
Es muy común que las personas con el paso de los años acaben repitiendo consciente o inconscientemente los mismos patrones de comportamiento, emociones, relaciones, éxitos o fracasos que vivieron sus padres o ancestros. Muchas veces incluso las historias se repiten de generación en generación, por ejemplo es usual encontrar en consultantes mujeres víctimas de maltrato físico que sus madres y/o abuelas también sufrieron este tipo de maltratos. Lo mismo se observa en casos como abandonos, madres solteras, muertes a temprana edad, enfermedades, depresiones, abusos sexuales, alcoholismo, adicciones, etc. donde es usual encontrar patrones que se repiten generación tras generación. Igualmente pueden transmitirse patrones positivos tales como la longevidad, la prosperidad, el éxito profesional, dones artísticos, etc.
Seamos conscientes de ello o no, la carga histórica familiar nos afecta y limita nuestra libertad individual, puesto que por el solo hecho de haber nacido en un sistema familiar estaremos condicionados e influidos por la historia y los destinos de nuestros antepasados y nos podemos encontrar repitiendo precisamente las historias que menos deseábamos repetir. Es lo que en Psicogenealogía se llama “Lealtades Invisibles”. A lo largo de la historia, este concepto era reconocido por diversas culturas en el mundo e incluso en la Biblia se mencionan las llamadas “maldiciones que pasan de generación en generación”.
Hoy en día se puede encontrar abundante información y experimentos científicos que comprueban la existencia de este campo energético familiar, como por ejemplo la Teoría de los Campos Mórficos de Ruppert Sheldrake o las diversas investigaciones modernas en el campo de la física cuántica.
Al estudiar nuestro árbol genealógico podremos identificar las trampas y los tesoros ocultos que nos potencian o limitan nuestro crecimiento. No se trata de separarnos de nuestra familia sino de integrarnos y apoyarnos en ella. No es lo mismo ser poseído por la carga de nuestro árbol familiar que tomar consciencia y responsabilidad de dicha carga, puesto que conocerla y comprenderla suele ser el inicio de un potente proceso de sanación y transformación.